En el mundo de la ingeniería de producto, pocas empresas han logrado integrar con tanta coherencia la voz del cliente, la fiabilidad industrial y la emoción en el diseño como Mazda. Su enfoque combina dos metodologías japonesas de alto impacto: el Early Management del TPM y la Ingeniería Kansei. Ambas nacen del mismo espíritu: construir productos excepcionales desde la concepción, evitando desperdicio, retrabajo y desconexión con el usuario final.

Early Management: diseñar pensando en la operación

El Early Management, pilar esencial del Total Productive Maintenance (TPM), busca asegurar que cada nuevo producto, proceso o equipo industrial nazca “maduro”. Esto significa incorporar, desde las fases tempranas de diseño, el conocimiento práctico acumulado por mantenimiento, calidad y producción.
Mazda aplicó este principio para reducir drásticamente los problemas de arranque de nuevos modelos y optimizar la facilidad de mantenimiento de sus equipos productivos. Antes de lanzar un vehículo, cada línea de ensamblaje pasaba por una rigurosa revisión de mantenibilidad, accesibilidad, cambio rápido de utillajes y facilidad de inspección. El resultado fue una notable reducción del tiempo de puesta en marcha y una mejora sostenida en la estabilidad del proceso.

Ingeniería Kansei: traducir emociones en especificaciones

Pero Mazda no se conformó con fabricar autos eficientes; quiso crear una experiencia emocional única. La Ingeniería Kansei, desarrollada en Japón por el Dr. Mitsuo Nagamachi, parte de una premisa revolucionaria: las emociones y sensaciones del usuario pueden medirse, analizarse y traducirse en parámetros de diseño.
Mazda adoptó este enfoque con su concepto “Jinba Ittai” —la armonía entre jinete y caballo—, buscando que conductor y vehículo se comportaran como una sola unidad. Cada curva del chasis, cada sonido del motor, cada textura interior fue ajustada para provocar una respuesta emocional específica: confianza, placer, control. El desarrollo del Mazda MX-5 (Miata) es un ejemplo icónico: un auto ligero, equilibrado, ágil y “vivo”, diseñado no solo para rendir, sino para sentirse bien al conducirlo.

Dos metodologías, una misma filosofía

La fusión entre Early Management y Kansei Engineering representa la unión de la inteligencia técnica y la inteligencia emocional del diseño.

• El Early Management asegura que los nuevos productos sean confiables, mantenibles y eficientes desde el primer día.
• La Ingeniería Kansei garantiza que esos productos transmitan una identidad, una emoción y una conexión profunda con el usuario.

En Mazda, ambos enfoques conviven en el proceso de desarrollo: los ingenieros de manufactura trabajan codo a codo con diseñadores y especialistas en experiencia del cliente, validando no solo la funcionalidad del producto, sino también su feeling. El resultado es una organización capaz de lanzar productos que enamoran al cliente y, al mismo tiempo, facilitan la vida a quienes los fabrican y mantienen.

Hacia una nueva generación de desarrollo industrial

Integrar Early Management y Kansei no es una cuestión de estética o eficiencia, sino de visión sistémica. En un contexto industrial cada vez más digital y competitivo, las empresas que logren equilibrar tecnología, emoción y aprendizaje organizacional serán las que lideren el futuro del desarrollo de productos.

Mazda demostró que es posible diseñar con el corazón sin perder la disciplina del método. Y esa lección puede —y debe— inspirar a cualquier organización industrial que aspire a crear productos que funcionen perfectamente… y que además conmuevan.

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