Gemba o Genba: una cuestión de letras o de esencia
Por: Humberto Alvarez Laverde
La palabra japonesa 現場 (genba) se ha convertido en uno de los pilares conceptuales del Lean Management, el TPM y la mejora continua. En Japón, genba significa literalmente “el lugar real”, el sitio donde suceden las cosas, donde se crea valor y también donde se originan los problemas. Es el espacio al que los líderes deben ir para ver con sus propios ojos la realidad: el taller, la línea, la máquina, el proceso.
Pero cuando esta palabra viajó fuera de Japón, apareció una curiosa discusión: ¿se escribe genba o gemba?
El origen japonés
En japonés, genba se escribe con los kanji 現 (gen) y 場 (ba). La romanización oficial según el sistema Hepburn es con “n”, porque el carácter ん se transcribe así. Sin embargo, el sonido que produce antes de una “b” o “p” no es una “n” pura, sino una nasal bilabial, algo entre n y m. Por eso, para el oído occidental, suena como gemba.
Esa diferencia fonética, pequeña pero real, explica por qué en la práctica profesional se extendió el uso con “m”. No se trata de un error, sino de una adaptación natural al oído y a la pronunciación de otros idiomas.
En español: precisión o práctica
En español coexisten las dos formas. Genba es la más fiel al japonés, recomendada si se busca rigor lingüístico o se trabaja con textos académicos. Gemba, en cambio, es la forma más habitual en el ámbito industrial, la que aparece en expresiones como Gemba Walk o Kaizen en el Gemba.
Dado que la mayoría de la literatura técnica internacional adoptó la forma con “m”, hoy se considera perfectamente válida y funcional en español.
En alemán: fonética que decide
El alemán tiende a pronunciar una n como m cuando aparece antes de b o p, por lo que Gemba encaja de forma natural con su fonética. En los manuales industriales alemanes, la palabra se asocia al concepto de Ort des Geschehens (lugar de los hechos) y casi nunca se escribe con “n”. No por preferencia estética, sino porque el sonido gemba fluye de manera natural para un hablante alemán.
En francés: elegancia adaptada
En francés, se usa casi exclusivamente Gemba, pero con un toque local: pronunciada /ʒɑ̃mba/ o /gɛmba/, dependiendo de la región. En la literatura de Lean se traduce como “le lieu réel”, y en los programas de formación se habla de “La marche Gemba” o “L’amélioration au Gemba”.
Curiosamente, algunos textos académicos conservan Genba por respeto a la escritura japonesa, aunque en la práctica empresarial, Gemba domina sin discusión.
En catalán: claridad y coherencia
En catalán técnico, el término se adoptó directamente como Gemba, siguiendo la forma internacional. Expresiones como Passeig Gemba o Millora al Gemba son comunes en universidades y empresas industriales.
El catalán, además, comparte con el japonés la nasalización de la n antes de b, por lo que el sonido original se mantiene de manera muy natural.
En italiano: uso industrial y matiz académico
En Italia, la forma con “m” también es la predominante. Se oye hablar del Gemba Kaizen o del Camminare al Gemba, especialmente en entornos manufactureros del norte. Solo algunos cursos universitarios de japonología conservan Genba, más por respeto académico que por uso cotidiano.
En el lenguaje práctico del mantenimiento y la mejora, Gemba se entiende como “il luogo reale dove si crea valore”.
Conclusión
Genba es la forma original y lingüísticamente correcta en japonés. Gemba, en cambio, es la versión adoptada por la mayoría de las lenguas occidentales, adaptada a su fonética y consolidada en la práctica empresarial.
Ambas formas son legítimas: una representa la fidelidad cultural; la otra, la eficacia comunicativa. Lo importante, más allá de la letra que escojamos, es comprender el sentido profundo del concepto: ir al lugar real, observar con humildad y aprender directamente de la realidad.
Mi opinión
Considero que lo más adecuado es evitar el uso de términos japoneses cuando se trabaja con los equipos operativos, ya que pueden generar distancia o confusión. En español contamos con expresiones claras y naturales como “sitio de trabajo” o “lugar de trabajo”, que facilitan la comprensión y el sentido de pertenencia. Además, en determinados contextos socioculturales, puede percibirse negativamente el uso excesivo de vocabulario extranjero, dando la impresión de que se intenta imponer una cultura ajena.
Europa, con su gran diversidad lingüística —donde se hablan entre 200 y 230 idiomas—, nos recuerda el valor de comunicarnos en el idioma de las personas.
Un saludo y hasta la próxima entrega.
